8 de septiembre de 2008

EL FINAL DEL VERANO



Otro mes de septiembre en el calendario.
De nuevo sumergido en la rutina de las cosas cotidianas.

Ha pasado el verano, pero la vida sigue.


A menudo, echando la vista atrás, me percataba de que ya no existían aquellos veranos que yo guardo en la memoria. Aquellos felices veranos de mi niñez.
Y eso me ponía triste.

Este año, viendo disfrutar a mis hijos, me he dado cuenta de que ellos viven hoy la felicidad que me invadió a mí ayer.
No han cambiado los veranos sino la percepción que de ellos y de la vida en general dan los años, la responsabilidad, las preocupaciones...


Sólo he de mirar a través de otro prisma.
A partir de hoy intentaré reflejarme en esos rostros suyos plenos de ilusión que todavía se emocionan al saltar entre las olas, al correr por la arena, al ver volar a una paloma...

3 comentarios:

Txema Rico dijo...

Una vez más, un emocionante relato. Has plasmado perfectamente el paso de los años,los recuerdos estivales que ahora vemos reflejados en nuestros vástagos...simplemente "aborronador". Y joer macho, como te curras los videos, que chulos...viendo a tu hijo correr, es como si te viera a tí hace la traca de years...

Anónimo dijo...

Hay hijo,conforme pasen los años irás conociendo mejor a tus padres. De niños nos sentimos felices con nuestros juegos y con nuestras diabluras siendo padres nuestra felicidad está en ver felices a nuestros hijos. Nuestro sueño es hacer realidad en en ellos las ilusiones que nosotros nunca pudimos lograr y si fracasamos nos sentimos doblemente tristes. La vida no es un Paraiso, disfruta con todo entusiasmo cualquier momento de felicidad y conservalo como un pequeño tesoro, al final estarás en posesión de un bagaje que nadie te podrá robar y al que podrás acudir siempre que quieras, para endulzar las inevitables amarguras de la vida.

Anónimo dijo...

Lo que sí me hace despertar aún ese gusanillo infantil son los amaneceres del 6 de Enero todos los hermanos juntos en casa (Y ahora con vuestros hijos)De todas formas, hasta en eso he perdido gran parte de la percepción, llena de colorido e ilusión, de un niño.FRAN.